Un ictus es también conocido como un ACV o Accidente Cerebrovascular. Es una condición de salud que genera que la sangre deje de llegar a cierta parte del cerebro y, por ende, dicha zona quede sin presencia de oxígeno y demás elementos que necesita para trabajar con normalidad. Se trata de un caso grave que requiere atención inmediata y aquí vamos a descubrir cómo saber si está ocurriendo.
La salud es el principal tesoro que tienen todos los seres humanos y por el cual la mayoría agradece día a día. Sin embargo, los problemas de salud no están lejos de sucederle a cualquiera y eso implica que sea importante estar bien informados sobre los más comunes, como por ejemplo el ictus qué es el que más se produce en el campo del sistema neurológico.
La realidad es que aunque es una condición grave, existen muchas personas que han logrado recuperarse de manera evidente de un ataque de este tipo porque tienen atención pronta. Antes era muy difícil esto porque había que ir hasta un centro de salud, pero hoy en día gracias a la telemedicina es posible obtener información adecuada para mejorar la situación lo más pronto posible.
Para quienes no conozcan nada de este tema, merece la pena decir que la telemedicina es una estrategia novedosa de atención que permite recibir asistencia médica por medio de videollamadas. La idea principal es que cualquier persona (sea que está pasando por un ictus o no) pueda recibir atención oportuna sin necesidad de perder el tiempo en desplazamientos ni tiempos de espera.
Síntomas de un ictus
El ictus puede manifestarse con tiempo de anticipación a través de pequeños síntomas que se presentan en el paciente. Reconocerlos en una primera instancia puede ser un importante elemento diferenciador a la hora de la recuperación. Y, en caso de visualizar que alguno de ellos lo tiene una persona cercana, acudir a un servicio de teleasistencia para obtener una valoración más profesional.
Los principales síntomas son:
- Problemas evidentes para hablar o coordinar ideas cuando se están compartiendo de forma oral, cuando antes eso se realizaba sin ningún esfuerzo.
- Pérdida de la fuerza en partes del cuerpo, del mismo lado y en zonas muy específicas como una pierna, un brazo y la cara.
- Dolor de cabeza súbito e intenso que es evidente que no se parece a los que se tienen generalmente.
- Hormigueos en una zona determinada del cuerpo (lado derecho o lado izquierdo) que también puede manifestarse con falta de sensibilidad.
- Dificultad para ver a través de un ojo de forma rápida.
Los estudios demuestran que cuando el ictus es atendido en las dos horas posteriores a haberse generado, el paciente tiene muchas posibilidades de recuperarse por completo, sobre todo si este proceso de atención va sumado a que se restablece la circulación de sangre por la parte afectada del cerebro.
En todo caso, ante la manifestación de cualquiera de estos síntomas, así sea en baja escala, es muy importante verificar con expertos de salud digital los pasos a seguir para obtener una pronta mejoría y evitar un desenlace angustiante.
El tratamiento
Existen personas que están más propensas a sufrir de estos problemas porque su estado de salud es delicado, como por ejemplo quienes sufren de colesterol, obesidad, diabetes, hipertensión arterial o son dependientes de sustancias, sea alcohol, drogas, entre otros.
En general, el tratamiento consiste en un principio de neurorrehabilitación para que el paciente sea capaz de evolucionar. En un centro telemedicina pueden brindar orientación más específica sobre esto, pero en líneas generales incluye tratamiento farmacológico, cirugía si hace falta y terapias, además del control de enfermedades preexistentes para evitar que surja un nuevo episodio.
Sufrir de un ictus es algo que a nadie le gustaría, pero existe y hay que aprender a vivir con ello. Para evitar que el final sea fatal, lo más recomendable es mantenerse bien informado de todo el tema y tener apoyo especializado ante una situación de emergencia.
