Cuando se va a viajar, no solo se deben considerar los gastos de traslados, hospedaje y alimentación. También se deben escoger los itinerarios, el equipaje y demás. Pero hay un tercer punto, y cada vez se ha vuelto más importante: el hecho de contar con un seguro de viajes.
En la actualidad, para muchas personas resulta imposible afrontar cualquier travesía, a cualquier ciudad o país del mundo, sin tener un seguro de viajes que les respalde en cada una de las situaciones que se pudieran experimentar en ese destino. Sin embargo, no son pocas las personas que ven el seguro de viajes como un coste adicional que se paga para no ser utilizado, y es en parte porque no se atienden las razones más importantes que derivan en su contratación.
Protección contra los gastos médicos y de viaje
Enfermar durante el viaje, contraer una gripe o una fiebre, puede parecer algo natural y puede hasta ser obvio dependiendo del destino. Pero también representa un gasto que debe ser asumido, y los seguros de viaje en esos casos pueden cubrir desde el tratamiento médico hasta una hospitalización, si fuera requerida.
De la misma manera ocurre con los gastos que pudieran derivarse del viaje. Por ejemplo, la devolución del dinero por la cancelación del mismo -algo que muchas empresas de viaje no contemplan, a menos que se tenga un seguro de viajes contratado-, o la restitución de un nuevo boleto si se hubiera perdido un vuelo o una conexión durante los vuelos, sobre todo cuando es por razones ajenas a las propias personas.
Protección contra la interrupción del viaje
Los viajes son experiencias maravillosas. No en vano, a millones de personas alrededor del mundo les encanta viajar, hasta el punto que el viaje se ha convertido en su forma de ver la vida misma.
Pero eso no quiere decir que durante un viaje no puedan ocurrir problemas que lo interrumpan, y que ocasionen gastos adicionales, que impidan el disfrute completo de ciertas experiencias o servicios que ya se habían reservado, entre otras tantas situaciones.
Muchas de esas situaciones se traducen en problemas como enfermedad, accidentes de tráfico, retrasos en los vuelos, pérdidas de equipajes, problemas con aerolíneas, o situaciones que obliguen a abandonar el lugar de destino, y en esos casos el seguro de viaje se encargará de todos los gastos que pudieran ocasionarse, sin que el usuario se tenga que preocupar de nada.
Responsabilidad civil
Se subestima mucho la tranquilidad que genera la cobertura de responsabilidad civil de un seguro de viajes. Y es que cualquier daño, accidental sobre todo, que pudieran ocasionar el equipaje, las pertenencias, a otras personas o propiedades en el lugar de destino, repercuten directamente en un gasto que debe indemnizarse. Y en responsabilidades civiles y hasta legales.
Pero no es así cuando se tiene un seguro de viajes. La razón es sencilla: los usuarios están cubiertos ante esa serie de situaciones accidentales, asumiendo la empresa aseguradora cualquier tipo de problema que se hubiera producido.
Asistencia las 24 horas del día y todos los días
Se necesite realizar una consulta por una pequeña alergia o molestia física, allí se tendrá la posibilidad de asistencia médica por telemedicina. Si, en cambio, se quisiera acudir a urgencias, el propio personal de la empresa de seguros puede guiar hacia los recintos de salud más cercanos y hasta preparar todo para que sean atendidos como se merecen, en comodidad, disponibilidad y rigor médico.
Pero la asistencia proporcionada por un seguro de viajes va mucho más allá, permitiendo asistencia en temas legales y burocráticos, por si hubiera problema de extravío de documentos, de boletos de avión, de no saber cómo proceder ante un trámite en el país de destino y otras situaciones de ese estilo.
Tranquilidad. Es la palabra que mejor define a la sensación de contar con un respaldo para todo lo que pueda suceder durante un viaje. Los seguros de viaje son, precisamente, para brindar esa tranquilidad.
